Invitado del mes

El fin del secreto bancario

Alejandra Medellín Pino

Licenciada en Contaduría Publica egresada de la UNAM
Especialista en Impuestos Internacionales
Ingeniería de Proyecto y Supervisión, SA de CV

A raíz de la crisis mundial de 2008, la evasión fiscal se convirtió en una prioridad en la agenda política y económica internacional provocando fuertes presiones a instituciones financieras y paraísos fiscales, conocidos como offshore, en el intercambio automático y la transparencia de información.

El secreto bancario se estableció formalmente en Suiza en 1934 para la protección de identidad de sus clientes convirtiéndose así en el paraíso fiscal más importante. Sin embargo, la evasión fiscal se ha convertido en un tema relevante debido al impacto económico, de acuerdo al Tax Justice Network la evasión fiscal cuesta 3.4 trillones de dólares anuales a los gobiernos. Ante esta problemática se realizó el primer acuerdo multilateral en 1988 por la OCDE, y fue hasta 2009 cuando el Grupo de los 20 obtuvo la cooperación de los paraísos fiscales, logrando la firma de más de 300 tratados para el intercambio de información, declarando así: el fin del secreto bancario.

Resultado de la globalización y los avances tecnológicos los evasores fiscales, cada vez cuentan con esquemas más sofisticados facilitando las transferencias de sus capitales evitando el pago de impuestos o logrando tasas sumamente reducidas. Mientras que los países comenzaron a tener un impacto negativo en la producción económica, creación de empleos, las inversiones en infraestructura, tanto que los gobiernos se han visto afectados y debilitados por la disminución de recaudación tributaria, generando un serio problema de liquidez.

La cooperación de acuerdos bilaterales y multilaterales cambió la forma de operar a las administraciones fiscales, ahora están mejor estructuradas para lidiar con planeaciones fiscales agresivas, compañías ficticias, precios de transferencia excesivos, cuentan con sistemas sofisticados para procesar información y han establecido políticas de cooperación internacional en materia fiscal y de corrupción.

Para combatir la evasión fiscal, el Forum on Tax Administration, creó un grupo de especialistas de Francia y Estados Unidos de América para evaluar los riesgos del comercio y los medios de pago electrónico, así como el uso indebido de empresas establecidas en paraísos fiscales, también de manera periódica se provee información a los gobiernos y a las empresas para discutir el progreso en materia de transparencia. Además de la iniciativa de intercambio de información presentada por el G20, se creó el European Union Savings Directive, que provee intercambio de información y obliga a los residentes europeos pagar una tasa de retención por los ingresos de intereses generados en un offshore. En 2010 EUA creó el Foreign Account Tax Compliance Act (FATCA), el cual le permite acceso a la información de transacciones y flujos financieros de sus residentes con bancos en el extranjero.

Principalmente, existen dos formas de solicitar intercambio de información: automática o envío de una solicitud. La automática es la más eficiente y permite obtener información acerca de los ingresos o ganancias generadas por los residentes de un país en bancos extranjeros. En cambio, la información solicitada es la más utilizada y se realiza a los paraísos fiscales siempre y cuando se dirija a un contribuyente en particular, es decir, no revela más información de la previamente solicitada.[1]

Las autoridades fiscales hoy cuentan con mayor información acerca de los bienes y capitales en el extranjero de sus residentes sin embargo, en algunos casos, es insuficiente la capacidad que tienen para realizar auditorías a empresas multinacionales.

Como resultado de la cooperación en cambio de información, en 2011 en Francia, Estados Unidos de América y Alemania alrededor de 100,000[2] contribuyentes declararon tener riquezas en paraísos fiscales. Entre 2006 y 2009 los activos repatriados ascendieron a 277 millones de dólares, mientras que Australia, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos de América, Francia y Luxemburgo congelaron cuentas por un total de 1.22 billones de dólares. En contraste, entre 2010 y 2012 la congelación de cuentas fue de 27 billones de dólares y sólo 4 billones de éstas se devolvieron.[3] En algunos casos se presentaron penas severas, incluyendo prisión a los evasores fiscales, mientras que en la mayoría de los casos se requirió el pago total del impuesto así como de las multas e intereses generados, también ante una revelación ¨voluntaria¨ por parte del contribuyente se exigía el pago con tasas fiscales reducidas.

El secreto bancario, al ser un tema politizado en nuestro país, hace que los estudios e investigaciones públicos en esta materia sean prácticamente nulos, mientras que en otros países concluyen que los resultados obtenidos no han sido satisfactorios debido a que las repatriaciones de capitales no han sido significativas, y las sanciones penales no han sido debidamente aplicadas. Además que las transferencias de fondos de capital entre paraísos fiscales no están sujetas a regulación alguna. Crear una red de intercambio de información no es suficiente, se requiere de convenios con penas más severas y de cumplimiento estricto para lograr la cooperación entre los países y así recaudar impuestos de manera eficiente.

Ha resultado inevitable evitar las presiones y conflictos entre las necesidades de los gobiernos por incrementar la recaudación tributaria y la falta de deseo y compromiso por parte de los contribuyentes para lograr el pago tributario de forma equitativa y proporcional. También, los altos niveles de corrupción, combinados con instituciones débiles y leyes confusas han beneficiado a empresas multinacionales, individuos y el crimen organizado.

Los problemas de recaudación tributaria y el flujo ilegal de capital que hoy enfrentan los gobiernos de manera global, tienen un impacto político y económico significativo, por lo que el secreto bancario y el lavado de activos son temas que estarán latentes en los próximos años y que, sin duda, habrá que darle seguimiento y evaluar los resultados.

[1] OECD Secretary General Report to G20 Finance Ministers, 2014.¨

[2] OECD, ¨The era of Bank Secrecy is Over, 2011.¨

[3] ¨Measuring OECD responses to illicit financial flows, 2013.¨

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