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LA INFORMALIDAD: Una opción para millones de mexicanos por: L.C. Alejandra Medellín Pino

LA INFORMALIDAD: Una opción para millones de mexicanos por: L.C. Alejandra Medellín Pino

Versión en inglés: THE SHADOW MARKET An option for million of mexicans

Servicios públicos ineficientes, gasto excesivo e irracional de los recursos públicos, leyes fiscales absurdas y complejas, cargas tributarias desproporcionadas y poca cultura contributiva resultan la combinación perfecta para que México ocupe los últimos lugares entre los países miembros de la OCDE con menor recaudación fiscal.

La economía informal se ha convertido en un ejemplo de una economía libre, sin regulaciones y con altos niveles de evasión fiscal representando una competencia desleal para aquellos que operan en la formalidad. Medir el impacto que tiene la economía informal resulta complejo por su naturaleza y falta de información en sus operaciones y transacciones debido a que la mayoría son en efectivo para reducir el riesgo a ser detectados. De acuerdo al Institut Économique Molinari, el concepto de economía informal incluye un amplio rango de actividades económicas que pueden ser legales o ilegales. Pero todas tienen un punto en común: operan fuera del control del gobierno, es decir, es una parte de la economía en donde los bienes y servicios son producidos, intercambiados y consumidos de manera ilegal.

El Servicio de Administración Tributaria reportó que 29.6 millones de los 53 millones de personas de la Población Económicamente Activa se encuentran en la informalidad. La OCDE estima la economía informal en países desarrollados como Reino Unido, Finlandia, Francia, Estados Unidos y Dinamarca entre el 10 y 14% del PIB, mientras que en los países en desarrollo oscila entre el 25 y 40% del PIB. En México, según datos del INEGI, la economía informal genera el 25% del PIB.

Un estudio realizado por The Institute of Economic Affairs determina cinco tipos de empleo informal en siete países de la OCDE: República Checa, Hungría, Corea, México, Polonia, Turquía y Eslovaquia. Los resultados posicionan a México con los peores índices en el mercado informal en sus cinco categorías: 1) aquellos que no se encuentran registrados ante el seguro social para evadir las aportaciones, 2) individuos que trabajan sin contrato laboral, 3) aquellos que cuentan con dos o más trabajos y sólo declaran uno de ellos, 4) los inmigrantes ilegales, y 5) los individuos que reciben pagos en efectivo por actividades legales e ilegales. Asimismo, el estudio destaca cuatro factores que estimulan la economía informal.

1. Corrupción. Vito Tanzi define la corrupción como el abuso del poder público para un beneficio privado. A diferencia de un país desarrollado donde la mayoría de las personas pueden ejercer sus actividades diarias sin confrontar la corrupción, en un país en desarrollo con un estado debilitado, en el caso de México, se presentan altos niveles de corrupción de manera directa y se encuentra prácticamente en todos servicios del Estado. El Índice de Percepción de la Corrupción 2014, elaborado por Transparencia Internacional informó que México ocupó el lugar 103 de los 175 países evaluados y la peor calificación de la OCDE conformada por 34 países. La corrupción ha sido un aliciente para la economía informal suscitando desconfianza y poca credibilidad hacia las autoridades.

2. Regulación excesiva. La complejidad e inflexibilidad de las leyes fiscales, requerimientos como licencias, intensa regulación en el mercado laboral, restricciones para extranjeros, barreras comerciales, limitaciones en las deducciones y obstáculos en devoluciones de impuestos ha convertido el cumplimiento tributario en una verdadera agonía. El aumento de las aportaciones de seguridad social ha causado un crecimiento en la tasa de desempleo debido a la carga tributaria que representa para los contribuyentes, afectando la competitividad de los salarios y prestaciones de los trabajadores.

La poca de sensibilidad por parte de las autoridades para fiscalizar con base a las características de los contribuyentes como son: ingreso, sexo, edad, discapacidades congénitas, desempleo, nivel educativo, composición familiar, entre otros, ha propiciado a que las contribuciones sean desproporcionadas e inequitativas en una sociedad con serios estratos de desigualdad.

3. Redistribución y utilización de los recursos: Los impuestos son utilizados para propósitos como; aumentar los ingresos del Estado, incentivar actividades del mercado, reducir la desigualdad, redistribuir los ingresos, implementar programas sociales con la finalidad de satisfacer las necesidades colectivas. Sin embargo, la redistribución de los recursos no se refleja de manera favorable en la vida cotidiana de los contribuyentes mexicanos.   

4. Cultura fiscal. Un escaso entendimiento de las obligaciones ciudadanas y la falta de responsabilidad social han orillado a los ciudadanos a no pagar impuestos o pagarlos por miedo a una pena o multa más allá de la pena moral que conlleva. Los contribuyentes son incrédulos al momento de contribuir al gasto público a cambio de lo que reciben: servicios básicos de salud, educación y seguridad son deplorables en calidad y cantidad. Los gastos excesivos del gobierno, el aumento en los impuestos, crecimiento de la economía informal, menor recaudación fiscal, un aumento en los impuestos, mayor economía informal, menor cultura fiscal…..han propiciado la creación de un círculo vicioso el cuál no se ha logrado mitigar.

Actualmente el mercado informal representa el 60% de la Población Económicamente Activa y engloba un amplio marco de diferencias en cuanto a ingresos, sectores, tipos de trabajadores y tamaños de empresas. Actividades como venta en vía pública, trabajo ilegal, trabajo doméstico, corrupción, prostitución, narcotráfico, terrorismo, trata de personas, piratería, contrabando, entre otras generan que la economía informal sea proporcional a la evasión fiscal pero no al tamaño de economía que tiene nuestro país.

Programas de formalización como; el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), regularización en adeudos fiscales, la lista de contribuyentes con operaciones presuntamente inexistentes y denuncia de contribuyentes incumplidos han incrementado los ingresos tributarios en 0.8 puntos, es decir, en 2014 fueron del 10.5 por ciento del PIB respecto al 9.7 por ciento en 2013 dichos programas de regularización sí incrementaron la recaudación fiscal, sin embargo estas medidas generan dos impactos en la economía: por un lado, el costo fiscal que asume el Estado al subsidiar a los que están en la ilegalidad condonando o reduciendo las tasas impositivas, así como el costo por todos aquellos impuestos que se dejaron de percibir además de la labor recaudatoria por implementar dichos programas y, por otro lado estas medidas resultan injustas e inequitativas para contribuyentes cautivos que tributan en la formalidad debido a que son ellos quienes en realidad asumen esta carga tributaria. Por ejemplo, actualmente el RIF permite un beneficio a aquellos que se encuentran en la informalidad para regularizarse y se ofrecen descuentos fiscales por diez años empezando en 2015 con la condonación del 100% en el pago de ISR, IVA y IEPS, y cada año disminuirá un 10% hasta agotar el beneficio mientras que las cuotas de seguridad social se descuentan en un 50% hasta el 2016. También programas como la condonación de deuda de ISR en estados y municipios debido a malos manejos de los recursos públicos (en 2012 la cifra superó los 20 mil millones de pesos) o la condonación de recargos, multas y gastos de ejecución de créditos fiscales causados antes de 2007 para la regularización fiscal son medidas que favorecen a los incumplidos y morosos y sin duda desalientan al contribuyente.

Ahora bien, la evasión fiscal no es exclusiva de la economía informal, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias concluyó que el 65 por ciento de la evasión fiscal proviene del sector formal y el 35 por ciento de la economía informal. Situación que no debe extrañarnos debido a la complejidad del sistema tributario, la arbitraria actuación de las autoridades, la ausencia de certeza jurídica y la fractura de la relación entre la Administración Tributaria y el contribuyente.

El rol que ha desempeñado el estado mexicano y la falta de una cultura fiscal ha demeritado los niveles óptimos de recaudación fiscal. La necesidad del gobierno por disminuir el déficit y cubrir su presupuesto ha incrementado la carga tributaria a los contribuyentes afectando el ingreso y la tasa de crecimiento económico incitando de manera implícita a la informalidad, también la mala utilización de los recursos públicos y la baja recaudación fiscal han ocasionado desigualdad y bajo crecimiento económico.

Por décadas la Administración Tributaria se ha empeñado en aumentar la carga tributaria a los contribuyentes cautivos y se ha olvidado que ampliar la base contributiva y sancionar la evasión fiscal es una tarea urgente y primordial. Además de imponer e incrementar penas a los evasores fiscales, eliminar regímenes preferentes, brindar protección a la propiedad privada e intelectual, así como un sistema fiscal productivo, eficiente y transparente en la asignación y aplicación de recursos que permita el ahorro, la inversión y el empleo resultan medidas coadyuvantes para incentivar la recaudación fiscal.

1  Ver documento referente al Cobro Persuasivo elaborado por la PRODECON. http://www.prodecon.gob.mx/Documentos/Banner%20Principal/2015/Malas-practicas/mobile/index.html